De acuerdo a un relevamiento de la consultora Management & Fit
realizado a pedido de la ONG “Grooming Argentina”, con unos 2 mil casos a
lo largo de todo el país, desde dicha asociación alertaron que “sólo el
28.4 por ciento de la población argentina sabe acerca de la
problemática del grooming.
Se trata de una problemática que se ha incrementado a lo largo y ancho de la Argentina, durante los últimos años, donde los agresores emplean el avance de las tecnologías como plataformas para llevar adelante actos delictivos con un fin puramente sexual, y donde muchas veces, las víctimas son menores de edad.
En Puerto Madryn, el caso más resonante tuvo como imputado a Gustavo “Gallo” Hernández, sindicalista que se encuentra detenido, a la espera del juicio por el delito de “grooming y abuso sexual agravado”, que tuvo como víctima a una joven que, al momento de sufrir el ataque sexual, tenía 13 años.
Otro hecho también ocurrido el año pasado tuvo como protagonista a un mayor de 29 años, procesado por luego de que la persona a cargo de una menor con retraso madurativo, denunciara que esta había tenido una conversación por la red social Facebook con una persona que la invitaba a encontrarse para mantener relaciones sexuales.
A su vez, otro sujeto madrynense de 20 años fue condenado a la pena de 3 años de prisión, a principios de junio, por el delito de grooming luego de contactar a una menor de 15 años a través de Facebook, haciéndose pasar por una persona de menor edad y, al encontrarse con la niña en la escuela adonde la misma asistía, cometió lo que fue calificado como un “abuso sexual simple”.
Se trata de una problemática que se ha incrementado a lo largo y ancho de la Argentina, durante los últimos años, donde los agresores emplean el avance de las tecnologías como plataformas para llevar adelante actos delictivos con un fin puramente sexual, y donde muchas veces, las víctimas son menores de edad.
En Puerto Madryn, el caso más resonante tuvo como imputado a Gustavo “Gallo” Hernández, sindicalista que se encuentra detenido, a la espera del juicio por el delito de “grooming y abuso sexual agravado”, que tuvo como víctima a una joven que, al momento de sufrir el ataque sexual, tenía 13 años.
Otro hecho también ocurrido el año pasado tuvo como protagonista a un mayor de 29 años, procesado por luego de que la persona a cargo de una menor con retraso madurativo, denunciara que esta había tenido una conversación por la red social Facebook con una persona que la invitaba a encontrarse para mantener relaciones sexuales.
A su vez, otro sujeto madrynense de 20 años fue condenado a la pena de 3 años de prisión, a principios de junio, por el delito de grooming luego de contactar a una menor de 15 años a través de Facebook, haciéndose pasar por una persona de menor edad y, al encontrarse con la niña en la escuela adonde la misma asistía, cometió lo que fue calificado como un “abuso sexual simple”.
Acoso sexual virtual
La palabra “grooming” es un vocablo proveniente del verbo inglés
“groom”, que significa “acercamiento con un fin determinado”,
refiriéndose al contacto de un adulto con un menor mediante redes o
foros de internet, con el fin de obtener del mismo contacto, información
o material con una intención sexual o delictiva.
Dicho contacto, según explicaron desde Grooming Argentina, “operado de manera online hacia niños y adolescentes se suele realizar desde una identidad falsa, brindando contención o empatía hacia el menor en el que se encierra una actitud seductora y fingida para luego extorsionarlo con material privado o comprometedor y en algunos casos fomentar un futuro encuentro con el mismo”, es decir, lo que sería un acoso sexual virtual, a niños, niñas y adolescentes.
Dicho contacto, según explicaron desde Grooming Argentina, “operado de manera online hacia niños y adolescentes se suele realizar desde una identidad falsa, brindando contención o empatía hacia el menor en el que se encierra una actitud seductora y fingida para luego extorsionarlo con material privado o comprometedor y en algunos casos fomentar un futuro encuentro con el mismo”, es decir, lo que sería un acoso sexual virtual, a niños, niñas y adolescentes.
Nota completa: El diario de Madryn
